Tuesday, September 8, 2015

Teología Patrística Ortodoxa - Yanis Romanidis


Primera parte: elementos de la antropología y la Teología


Índice de Contenido

INTRODUCCIÓN

El distinguido didáscalos de Universidad, el Padre Ioannis con el don de discernimiento nos ofreció una dogmática de “otra especie”. Este libro está escrito para el pueblo Eleno pero creo que es interesante para todos los Ortodoxos y para cualquier hombre buscador de la verdad con libre buena voluntad. Tanto han calado y revolucionado sus logos y sus mensajes que en el mundo de la Universidad se llega hablar de una época de antes y después de Romanidis. Sus logos son “cáusticos” candentes, ardientes y tenemos la convicción que operarán, energetizarán terapéuticamente. Esta enseñanza se forjó y se entregó en la Universidad de Aristóteles en Salónica el primer semestre del año Universitario en 1983. Los escritos y discursos grabados, se han recopilado por el monje Damaskinós de la Santa Montaña de Athos. El Padre Yanis o Juan desde el tercer mes de su nacimiento sus padres fueron a Estados Unidos donde creció y estudió.
QUE ES EL NUS DEL HOMBRE

La terapia de la ψυχή (psijí) psique, alma del hombre es la principal preocupación de la Iglesia Ortodoxa. La Iglesia siempre sanaba y cura “psicoterapia” en la ψυχή (psijí). Había comprobado desde la tradición Hebrea y del mismo Cristo y los Apóstoles que en el lugar del corazón natural del hombre funciona algo que los Padres lo llamaron “νοῦς nus”. Tomaron el nus tradicional que significa “διάνοια” (diania, dianús, mente, intelecto o cerebro) y logos e hicieron una diferenciación. Llamaron nus a esta energía noerá, la cual funciona en el corazón del hombre sano psíquicamente. No conocemos cuando se hizo esta modificación, porque ocurre que algunos Padres llaman con la misma palabra nus también a la lógica, pero también a la noerá energía cuando ella baja y opera al espacio del corazón.

Entonces desde esta perspectiva la noerá energía del nus es una y única energía de la psique, la cual en el enkéfalos (cerebro) funciona como lógica, pero la misma funciona a la vez en el corazón como nus. O sea, el mismo instrumento (órgano) nus ora incesantemente en el corazón, se entiende en los que tienen oración incesante en el corazón, y a la vez piensa por ejemplo en problemas matemáticos o cualquier otra cosa en el cerebro.

Debemos decir que esto que el Apóstol Pablo llama nus, se identifica con eso que los Padres llaman diania, es una diferencia en la terminología. Cuando el Apóstol Pablo dice “oraré con el espíritu” (1ªCor. 14,15), comprende esto que dicen los Padres “oraré con el nus” y cuando dice “oraré con el nus” (1ªCor. 14,15), se refiere a la diania (mente, intelecto o cerebro). El nombre “nus” de los Padres no es el nus del Apóstol Pablo, sino su espíritu (el humano no el divino). Cuando dice “oraré con el nus y el espíritu, o psalmodiaré con el nus y el espíritu” (1ªCor. 14,15), y cuando dice “el Espíritu de Dios co-testifica nuestro espíritu” (Rom 8,16), con la palabra espíritu se refiere a esto que los Padres llaman nus y con la palabra nus da a entender la diania, la lógica de la mente.

En su expresión “el Espíritu de Dios co-testifica a nuestro espíritu” (Rom 8,16), habla para dos espíritus: Para el Espíritu de Dios y el humano. Este espíritu humano, por una extraña evolución en la época de San Macario el Egipcio pasó a llamarse nus y sólo los nombres logos y diania quedaron y se refieren a la lógica del hombre. Así se identificó el “νοῦς nus” con “πνεῦμα pnevma, espíritu” o sea el corazón (como esencia). Porque el sitio del espíritu del hombre está en el corazón según San Pablo. (Corazón no el físico sino el centro psicosomático de su existencia, donde llega la respiración).

Quiere decir que el Espíritu de Dios habla en nuestro espíritu, el Dios habla en nuestro corazón con la Jaris la energía increada del Espíritu Santo, (Filocalía tomo 4º pág.-281). San Gregorio Palamás, en el segundo logos sobre los Santos Hisijastas, cita que el “corazón” es el soberano hegemónico de toda nuestra existencia, allí está el nus y todos los loyismí de la psique. Aquí San Gregorio con el término corazón no se refiere al corazón físico sino el profundo corazón (psicosomático), mientras que con el término nus no da a entender la diania (mente, intelecto), sino la noerá energía del corazón, la que emana de la sustancia o esencia del nus o sea del corazón. Los términos corazón y nus como sustancia se identifican. Por eso añade San Gregorio: El nus es lo más interior, el cuerpo profundísimo de nuestro cuerpo, o sea el corazón. Con estos se identifica también el término espíritu, el humano. (Filocalía t.4ºpág. 282.)

Así adoración, culto con la lógica (de la diania o mente), se hace según san Pablo con el nus (o sea, con la diania, la lógica), mientras que la oración noerá o de corazón, se hace con el espíritu, que es oración espiritual o noerá, es decir, la oración del corazón. (El hombre tiene dos centros gnósticos o de conocimiento. Uno es el nus que es el órgano, instrumento adecuado para recibir la apocalipsis, (revelación) de Dios, la que a continuación se formula con la lógica, y el otro es la lógica (razón) que conoce el mundo sensible, visible que nos rodea, nos dice Ieroteo Vlajos). Así esto que dice el Apóstol Pablo: “pero en la Iglesia quiero hablar cinco palabras con mi nus (se refiere a la diania, mente, cerebro) para instruir a otros y no miles de palabras con la lengua” (1ª Cor. 14,19), significa que prefería decirles cinco logos o palabras para catequizar a los demás, en vez de orar con el nus. Esto que dice el Apóstol Pablo se interpreta por algunos monjes de que el Apóstol habló para la oración de Jesús, es decir, “Kirie Jesús Cristo eleisón me” que se constituye de cinco palabras. Pero aquí el Apóstol Pablo habla con palabras catequizando a los demás. Porque ¿cómo se puede hacer catequesis con oración noerá, si la oración noerá del hombre es interior y los demás alrededor de él no oyen nada? Pero la catequesis se hace con culto, enseñanza y adoración lógica. Enseñamos y hablamos mediante la lógica que es la comunicación habitual entre los hombres.

Pero comunicación entre sí tienen también los que tienen la noerá oración dentro en su corazón. Es decir, que pueden sentarse juntos y comunicarse con el otro noerós (espiritualmente) sin que hablen, o sea, que entre ellos hay comunicación espiritual. Esto naturalmente ocurre en ellos aún desde lejos. Y estos también tienen el χάρισμα (járisma) carisma, don, de perspicacia clarividencia y premonición. Con el de perspicacia buscan y rastrean las huellas de los pecados de cada hombre, mientras tanto que con sus pensamientos, me refiero al de prever, ven y hablan de cosas y hechos futuros. Realmente existen este tipo de hombres carismáticos y si los visitáis y os confesáis con ellos, saben todo lo que habéis hecho en vuestra vida antes que abráis la boca para contárselo.
QUIEN ES EL “PSICÓPATA” SEGUN LOS PADRES DE LA IGLESIA

Toda persona es un psicópata, según los Padres de la Iglesia. Cada persona es psicópata en el sentido Patrístico de la palabra. No es necesario que uno sea esquizofrénico para ser psicópata. El término “ψυχοπάθεια psijopacia”, psicopatía en el aspecto Patrístico, es que esta enfermedad está en aquel hombre que en su interior no funciona correctamente la energía de su nus. Es decir, del hombre que está lleno de loyismí (pensamientos simples o compuestos con la fantasía, ideas, o reflexiones), no sólo malos, sino “buenos” también.

Aquel que tiene los loyismí, buenos y malos dentro de su corazón será considerado por parte Patrístico como un psicópata. Aunque estos loyismí sean éticos, los más éticos, o no éticos, inmorales o cualquier otra cosa. Es decir, según los Padres de la Iglesia, aquél que no ha pasado por la catarsis (sanación) de la ψυχή (psijí psique, alma) de los pazos y no ha llegado al estado de la iluminación por la Jaris (energía increada) del Espíritu Santo, es un psicópata. Pero no en el sentido de la Psiquiatría. El psicópata para el psiquiatra es otra cosa. Es aquel que padece de psicosis, es el esquizofrénico. Pero para la Ortodoxia uno que no ha pasado por la catarsis de su psique de los pazos y no ha llegado a la iluminación ¿es normal o no es normal? Este es el caso.

¿Quién es el Cristiano Ortodoxo normal en la tradición Patrística? Si querréis verlo esto claramente leed el oficio del Santo Bautismo y de la Santa Mirra que se celebra en el Patriarcado de Konstantinópolis (Constantinopla) el Jueves Santo, leed el oficio de la inauguración de los santos Templos. Allí veréis que significa naós (templo) del Espíritu Santo, allí veréis quién es el iluminado.9

Todos los oficios o misas como también la tradición ascética de la Iglesia, se refieren principalmente en los tres estados espirituales: a) la catarsis de los pazos en la psique y del cuerpo, b) la iluminación del nus del hombre por la Jaris, la increada energía del Espíritu Santo y c) la zéosis o glorificación de la psique y del cuerpo del hombre. Principalmente hablan de la catarsis y de la iluminación, porque los oficios de la Iglesia son expresiones del culto lógico. ¿Entonces el Ortodoxo normal quién es? ¿El bautizado y no “catartizado”, sanado ni iluminado o el catartizado, sanado e iluminado? Naturalmente el último, este es el Ortodoxo normal.

¿Entonces en qué se distinguen los ortodoxos normales de los otros ortodoxos? ¿En el dogma? Claro que no. Tomemos a los Ortodoxos en general. Entre ellos tienen el mismo dogma, la misma tradición y el mismo culto común. Dentro en un templo sagrado puede que estén, por ejemplo, trescientos Ortodoxos. De ellos sólo cinco puede que estén en estado de iluminación, los otros puede que no estén. Sin embargo los otros, puede que no tengan ni idea de lo que es la catarsis. Entonces se hace la pregunta: ¿Los Cristianos Ortodoxos normales, entre ellos, cuántos son? Desgraciadamente sólo son los cinco.

Pero la catarsis y la iluminación son estados concretos de terapia, que se pueden averiguar y verificar por Yérontas, padres experimentados e iluminados guías espirituales. Entonces aquí tenemos criterios claros y ciertos que son terapéuticos, medicinales. O si acaso ¿no son criterios claramente medicinales? Si el nus es un órgano fisiológico de cada hombre, porque no sólo los Elenos o los Ortodoxos tienen nus, sino también los Musulmanes, Budistas y todo el mundo; entonces todo el mundo tiene la misma necesidad de catarsis (sanación) e iluminación. La terapia instructiva es una. ¿Existen muchas terapias instructivas para esta enfermedad, y es realmente enfermedad o no? 10

«… La agapi (amor desinteresado) hacia los enemigos constituye el criterio infalible de la verdad y la universalidad de la Iglesia. En la enseñanza de san Siluán y del Yérontas Sofronio, los hombres no se distinguen en amigos y enemigos o buenos y malos, sino en conocedores y no conocedores de Dios. Allí donde se reconocen enemigos, significa que se ha desechado parte del cuerpo de la humanidad y se falsifica la universalidad. La aplicación y el cumplimiento del mandamiento de la agapi hacia los enemigos, significa que el hombre abarca y abraza todos los hombres, y que se convierte en universal. Y al nivel eclesiástico la agapi hacia los enemigos constituye el criterio que confirma la universalidad. Verdadera Iglesia es aquella que mantiene viva la agapi hacia los enemigos. Esta afirmación es trascendental y muy oportuna en nuestra época. (Teología del Yérontas Sofronio, por Zacarias Zacaru).

La palabra Occidental aquí no tiene sentido geográfico, sino cultural y religioso y significa la tradición Occidental, Papista y Protestante, religiosa y cultural.
SOBRE LA DIVERGENCIA, CAIDA Y DEPRAVACIÓN DEL CRISTIANISMO OCCIDENTAL Y DE LA CONDUCTA ÉTICA ORTODOXA

En estos temas los Ortodoxos actuales tienen dificultad de contestar, porque actualmente se han alejado de ésta tradición, ya no piensan en los contextos de enfermedad, sanación y terapia. No consideran la Ortodoxia como una “instrucción terapéutica, sanadora”, aunque todas las bendiciones y oraciones de la Iglesia son muy claras sobre este tema. Porque, ¿quién es el Cristo para los Cristianos Ortodoxos? ¿No se nombra repetidamente dentro de las bendiciones, las oraciones y los troparios de la Iglesia, como “el médico de nuestras psiques y cuerpos? ¡Si busca la tradición Papista (del cesar papa) o la Protestante, éste título para el Cristo, como médico, no existe en ninguna parte! El Cristo, sólo en la tradición Ortodoxa se le llama “médico de nuestras psiques y cuerpos” (Divina Liturgia). ¿Pero, por qué esta tradición desapareció de los papistas y los protestantes y cuando les hablamos de instrucción terapéutica se extrañan? Porque la necesidad de catarsis (sanación) e iluminación, la necesidad de cambio interior, en la teología de ellos ha desaparecido. ¡Para ellos, aquel que cambia no es el hombre, sino el Dios! El hombre para ellos no cambia, la única cosa que hace el hombre es que se convierte en chico bueno. Y cuando el hombre, de mal chico que era, se hace chico bueno, entonces el Dios le ama. ¡De otra manera el Dios le detesta! ¡Si se mantiene como chico malo, entonces el Dios no le ama! ¡Es decir, si el hombre se convierte en chico bueno, entonces también Dios cambia y se convierte bueno; entonces allí donde no le amaba, ahora le ama! Cuando el hombre se hace chico malo, el Dios se enfada y cuando se hace bueno, el Dios se alegra! Desgraciadamente esto ocurre en Europa.

Pero lo malo es que no sólo en Europa se hace esto, sino también por algunos aquí en Grecia; muchos dentro de la Iglesia están dominados de este espíritu. (¿Esto pasa también en los Ortodoxos de España y Cataluña?). ¡Ha llegado a ser la Ortodoxia una religión, que el Dios cambia de disposición, humor y animo! Cuando el hombre es bueno el Dios le ama, cuando es malo el Dios no le quiere. ¡Es decir, el Dios castiga y recompensa. Entonces la esencia de la Ortodoxia hoy en una parte de griegos y en otros países, es una eticología o moralismo. Esto es lo que enseñaban a los niños, las organizaciones para-eclesiásticas en sus catequesis, que tienen prototipos, modelos occidentales y han corroído el espíritu Ortodoxo… Todo esto ocurrió por la persecución del Hisijasmo y del Monacato tradicional, que es la única terapia “psicoterapia” correcta de la psique del hombre…

Supongamos un investigador científico que no tiene relación con las religiones, un ateo si queréis, que investiga sobre tradiciones religiosas y llegando a la Tradición Ortodoxa, escarba, descubre y describe estas cosas. Entonces dice: mira que pasa aquí. Esta tradición habla para la psique, para la energía del nus de la psique y para instrucción y tratamiento terapéutico concreto. Después este hombre investigando llega a reconocer que, si esta instrucción terapéutica o psicoterapéutica se aplica en las comunidades de los hombres, tendrá resultados muy beneficiosos para la salud personal, pública y social. Después continuando la búsqueda, comprueba desde cuando apareció esta tradición, cuáles son sus fuentes, cuántos siglos acertadamente se aplicó en la praxis (en acción y hecho), dónde se aplicó y continuando encuentra porque no existe hoy en la mayoría de los Ortodoxos esta tradición, y por qué la Ortodoxia sufrió alteración. Y el investigador continúa y encuentra que esto ha ocurrido, porque fue perseguido el Hisijasmo y el monacato tradicional, que es el portador y transmisor de esta tradición. (No sólo se ha perseguido el Hisijasmo, sino que la mayor parte del mundo no sabe que existe, ni que quiere decir).

¿Pero, por qué fue perseguido? Porque los lugares que florecía y prosperaba, empezaron a occidentalizarse culturalmente, tal y como ocurrió en Rusia con la reforma de “Pedro el grande” y una parte también en Grecia después de la revolución de 1821. El contemporáneo historiador Toynbee dice que la cultura Ortodoxa hoy se asimila y se absorbe poco a poco por la cultura occidental. (La palabra occidental no se entiende geográficamente sino culturalmente y religiosamente que significa la tradición occidental, papista, protestante y cultural).

Estas cinco civilizaciones y culturas son: a) la cultura Hindú, b) la de Extremo Oriente (China, Japón), c) la Europea, d) la Ortodoxa y e) la primitiva que hoy existe aún en regiones de Australia y África. Toybee tiene la teoría que todas las culturas hoy se están occidentalizando. En el pasado esta occidentalización, se intentó hacer por los Occidentales, mediante la misión y envío de misioneros religiosos. Los europeos en el pasado mandaron y aún hoy también mandan ejércitos de misioneros para que conviertan no sólo los demás países cristianos sino occidentalizarlos también. Por eso existen también en Grecia todos estos heréticos y todavía actúan. Pero esta misión, dice Toybee, fracasó en los países idólatras de África y en cualquier otra parte, porque los sacros misioneros separaban entre ellos los hombres. Por ejemplo, en una familia de idólatras ocurría que uno se hiciera Luterano, el hermano Anglicano, el otro bautista, el primo metodista, la prima pentecostal, la suegra Evangelista etc., entonces, no sólo rompieron sus países en pequeños trozos de parte religiosa, sino las mismas familias. Se demostró que este tipo de misión sacra tuvo un gran fracaso en la occidentalización de los hombres del tercer mundo.

Τoynbee, pues, en el año 1948 propuso una nueva solución. La occidentalización que se haga mediante la tecnología y la economía
QUE ES LA ORTODOXIA

Sin embargo dentro de esta evolución, a la vez también hay el contraataque de los Ortodoxos, de la civilización y la cultura Ortodoxa. ¿Pero qué es la cultura o civilización Ortodoxa? ¿Es civilización en el sentido de la cultura Occidental? No. No es cultura la Ortodoxia, aunque Toybee la llame cultura. ¿Por qué? Porque la Ortodoxia es ciencia y sobre todo ciencia médica, de acuerdo con los criterios actuales. No cultura. La Ortodoxia no es un sistema político o social. Porque se refiere a la sanación y la salvación personal del hombre, es decir, la sanación y salvación de su psique. La Ortodoxia se basa en estos dos logos: “el Logos se hizo sarx (cuerpo o carne)” (Jn 1,4) y “en el Hades no hay metania (conversión, confesión, introspección y arrepentimiento).

Por supuesto que dentro de la Ortodoxia existen las condiciones para crear una civilización con su propia cultura. Sin embargo no es cultura, tampoco es una religión como todas las demás religiones; la Ortodoxia se destaca y difiere de las otras religiones por un único elemento que no existe en las otras; este elemento es antropológico y terapéutico; la Ortodoxia es una instrucción curativa que sana y terapia la personalidad humana.

El médico correcto y justo se preocupa para la terapia de todos los enfermos sin discriminación ni distinciones. No separa a lado algunas personas para curarlas, terapiarlas y sanarlas. No le interesan sus status sociales, sus niveles de estudios, sus situaciones económicas, sus religiones o sus comportamientos éticos. El médico correcto ve sólo un hombre y se acerca a él, sea enfermo o no; y si está enfermo, se interesa e intenta terapiar, sanar y curar al hombre del mal, lesión o dolencia. Está obligado a curarlo. La tradición ortodoxa es algo más que eso y justo en esto se basa nuestro “contraataque”.

Dios no ama sólo a los Santos, sino a todos los hombres sin excepción alguna; todos los pecadores, todos los infernados o demonizados, aún al mismo diablo. Quiere tratar, terapiar, curar y salvar a todos. Quiere, pero no puede curar a todos porque ellos no quieren. Esto, el que Dios es agapi (amor, energía increada) y quiere curar a todos y ama a todos igual, se comprobó y se comprueba por la experiencia de los hombres que consiguieron la zéosis, es decir la glorificación, los que vieron a Dios, (unión y visión de la luz increada de Dios, mediante la energía increada Jaris y que esta contemplación la opera y energiza la Jaris del Espíritu Santo, no el hombre).

El Dios no puede curar a todos porque no quiere forzar y violar la voluntad del hombre. Le respeta y le ama. Pero no puede curar a uno por la fuerza. Sana sólo a los que quieren curarse y los que se lo piden. Normalmente una persona que tiene una enfermedad física o psíquica va por su voluntad al médico para curarse y no por la fuerza, si aún mantiene su cordura. Lo mismo es la instrucción terapéutica Ortodoxa. Uno sólo por su cuenta, sin presión, ni coacción, libremente debe presentarse en la Iglesia, en las personas adecuadas que tienen la iluminación, la experiencia y posean el método curativo, terapéutico “psicoterapéutico” de la tradición Ortodoxa, y en aquellos debe hacer obediencia para encontrar su terapia, sanación y curación.
EL PROPÓSITO O FIN SOCIAL DE LA ORTODOXIA

¿Ahora bien, cuál es el aspecto social del tema?

Tenemos al hombre, cualquier hombre que vive dentro en una sociedad y tiene que actuar como monada o unidad social saludable. La terapia que antes hemos mencionado de la energía del nus de la psique, esta misma cuando se acaba, crea automáticamente un hombre social; es decir, un hombre psíquicamente saludable que está preparado para actuar socialmente en todos los sectores. Entonces aquel que está curado, automáticamente es ordenado silenciosamente médico para los demás, los no sanados. Porque la ciencia médica que se llama Ortodoxia difiere de las demás ciencias en que: aquel que se ha sanado se convierte automáticamente en terapeuta, sanador. La misma aplicación de su instrucción, se convierte el medio de terapia de los demás. Por eso no se entiende un hombre curado que no tenga hijos espirituales; es decir, tener otras personas bajo la dependencia espiritual de él, a las que instruye y conduce a la terapia y sanación.

En la antigua Iglesia no existía terapeuta oficial o específico, porque cada cristiano era terapeuta. Esta era la misión de la antigua Iglesia, no era como es hoy en día en la Iglesia Ortodoxa actual, que algunas veces se compone de los anuncios de nuestros bellos dogmas o nuestra tradición de veneración, como si fuera una mercancía en venta… Por ejemplo, decimos: ¡mirad chicos, nosotros tenemos los más bellos dogmas, la más bella alabanza, veneración, la más hermosa psalmodía, los más bellos hábitos, mirad qué bonito es el bolso del Obispo, etc., e intentamos deslumbrarlos con los bastones y nuestras sotanas, para hacer misión. Por supuesto que tiene un significado y algún éxito la misión que se hace de esta manera, pero no es la auténtica misión como aquella de la antigua Iglesia.

La misión actual consiste principalmente en lo siguiente: ilustramos hombres que son supersticiosos y los hacemos Cristianos Ortodoxos, sin intentar “psicoterapiarlos”, sanarlos y curarlos. Así intercambiamos o sustituimos su dogma anterior con uno nuevo. Intercambiamos su superstición por otra superstición. Cuando la Ortodoxia se ofrece y se presenta así, ¿en qué se diferencia de la superstición? ¿Cuando la Ortodoxia se presenta y se ofrece así como un Cristianismo que no “psicoterapia” no sana, ni cura, a pesar de que su principal misión es la terapia, entonces en qué se diferencia de la superstición?

Hay cristianos en Occidente que ellos también tienen dogmas y aceptan algunos Sínodos; es decir, los heréticos, que con sus dogmas aparentemente no se ve tan grande la diferencia con los dogmas Ortodoxos. La diferencia no es caótica, como entre Cristianos e idolatras. ¿Entonces, si los dogmas Ortodoxos no tienen una sorprendente diferencia con los dogmas de los heterodoxos cristianos y si la enseñanza dogmática que se enseña hoy en Grecia es independiente de la instrucción terapéutica de la tradición Ortodoxa, desde este aspecto, ¿en qué se diferencia la tradición Ortodoxa de la de los heterodoxos? ¿Por qué alguien que no es Ortodoxo tiene que creer en la Ortodoxia y no en otro dogma Cristiano, si los dos no se ofrecen como instrucciones y caminos de “psicoterapia” sanación, sino como superstición?

Hoy se habla de cambiar la nootropía mentalidad (las formas de pensar y actuar del nus y la mente) del hombre, de cambio del dogma, de cambio de modo de contemplar la vida, y esto lo consideramos metania. Es decir, hoy la metania se identifica sólo con Cristo. O sea, aceptamos a Cristo y cómo lo aceptamos, vamos a la Iglesia, encendemos alguna vela, nos convertimos en buenos chicos; y si somos pequeños vamos a la catequesis o si somos mayores vamos en alguna asamblea o reinión, y se supone que vivimos la metania, o sea, que estamos “metanoizados” convertidos y arrepentidos. O si hicimos algo malo en nuestra vida, arrepintiéndonos pedimos perdón por lo que hicimos, y esto lo llamamos metania. Pero esto no es metania. Esto es simplemente arrepentimiento, que es el principio de la metania. No se “catartiza”, purifica y sana la psique del hombre de los pazos con un simple arrepentimiento. Para que se sane y purifique la psique del hombre de los pazos tiene prioridad el temor a Dios y la metania que continúa durante el estadio de la catarsis y se completa con la iluminación, es decir, la iluminación del nus del hombre por la Jaris, la energía increada del Espíritu Santo.

Mientras tanto, pues, si los Ortodoxos no se ocupan de esta instrucción terapéutica, ¿en qué se diferencian de los no Ortodoxos? ¿En el dogma? Y para que les sirve el dogma Ortodoxo, cuando no lo usan para “psicoterapiar”, sanar y curar sus psiques. El dogma así no les beneficia en nada.
CUÁL ES LA CONDICIÓN DE LA RECONCILIACIÓN CON DIOS

La condición que hace a uno reconciliarse con Dios y ser amigo de Él, ¿cuál es desde el punto de vista Ortodoxo? Observad los oficios de la Iglesia. El bautismo se identifica con la catarsis (sanación). Antes preceden los exorcismos, que es la liberación del hombre de los efectos e influencias de los malos astutos y malignos espíritus en él. Durante el Bautizo la triple inmersión y emersión al agua, se da la absolución de los pecados y se destruyen dentro en el hombre las energías del diablo. Después sigue el Crisma que es la Iluminación; es un estado de iluminación del hombre por la Jaris (Gracia) increada, es decir, la energía increada del Espíritu Santo. (…después de la parcial iluminación por el Crisma el nuevo-iluminado camina hacia el Pentecostés, la completa, total iluminación del Espíritu Santo, el infinito e interminable perfeccionamiento).

En los antiguos Cristianos después de bautizarse el Sábado Santo y recibir la Jaris increada del Bautismo y con la santa Crismación que seguía, completaban la iluminación inicial, la que se esperaba recibir durante el día del Pentecostés, es decir, cincuenta días después del Bautismo de ellos.

¿Pero qué es la completa iluminación del hombre? Es la visita del Espíritu Santo en el nus, o sea, en el corazón del hombre. Es decir, tal y como en el Pentecostés con la bajada del Espíritu Santo se hizo la completa iluminación de los Apóstoles, lo mismo quiere la Iglesia que se repita en algún momento del camino espiritual en cada uno de sus miembros creyentes. Por lo tanto, todo el proceso de la catequesis de los nuevo-iluminados en la antigua Iglesia terminaba con el Pentecostés personal, es decir, con la visita del Espíritu Santo, el cual viene y habita dentro al corazón del hombre y ora a favor de éste. Naturalmente esta plena iluminación no sucedía a todos los hombres en tiempo tan corto, porque no todos tenían las mismas condiciones.

Por supuesto que durante el día del Pentecostés, los Apóstoles no adquirieron sólo una completa iluminación, sino que llegaron a la zéosis o glorificación. Por lo tanto, si el Pentecostés es el prototipo, modelo del perfeccionamiento espiritual del hombre, entonces el destino y finalidad de cada Cristiano es la zéosis. Ver a Dios, al Creador, es decir, a Cristo en doxa (gloria) increada. Esto sucedió a todos los Santos de la Iglesia. Por eso de la fiesta del Pentecostés inmediatamente el Domingo siguiente festejamos en general la memoria de Todos los Santos de la Iglesia deificados, a quienes estamos llamados a imitar. Esta es la columna vertebral de la estructura catequética de la Iglesia
SOBRE EL SIGNIFICADO DEL DOGMA

Los Padres recalcan que la sanación y la salvación no vienen con el dogma Ortodoxo por sí solo. No es el dogma que sana y salva al hombre. El dogma simplemente abre el camino del hombre para llegar a la catarsis y a la iluminación. Pero sin el dogma Ortodoxo uno no llega a la catarsis y a la iluminación. Sin la ορθή (orzí) correcta conciencia dogmática, sin la praxis (acción) Ortodoxa y sin la vida litúrgica Ortodoxa, uno no llega a la catarsis y a la iluminación. El dogma y la vida litúrgica no son los medios para llegar a la catarsis de la psique y a la iluminación, pero son condiciones indispensables, son los cimientos necesarios para que uno sea conducido a la catarsis y a iluminación. Es decir, el dogma no es un medio automático que nos conduce por sí solo a estos estados.
SOBRE LA CAÍDA DE ADÁN

Los Padres dicen que durante la caída el hombre se oscureció. Se oscureció el nus de Adán; no se ocupan los Padres de él como Adán, sino con su nus; el nus de Adán por obscurecerse se enfermó. Los Padres hablan del nus incongruente e imprudente. En todas partes de la escritura Patrística el tema de la caída de Adán es el obscurecimiento (ofuscación, cerrojo) del nus del hombre.

¿Pero cómo sabemos nosotros que el hombre cayó? ¿Por la descripción histórica de la caída que se refiere la Santa Escritura? ¿Además qué significa caída y Paraíso? ¿Qué era el Paraíso? Hay dos tradiciones Patrísticas sobre este tema, que las resume y nos las da San Juan el Damasceno, sin que el mismo se posicione en alguna de las dos tesis sobre éste tema.

Una tradición nos dice que en el Paraíso, el nus de Adán estaba iluminado y la otra tradición dice que el nus del Adán estaba en visión, contemplación y unión con Dios, o sea, en estado de continua zéosis o glorificación. Y que esto era el Paraíso, o sea, veía, contemplaba, la doxa (gloria, luz increada) de Dios. La tradición Alejandrina, como también la de Kapadocia (San Basilio el Magno), dicen que con el nus y la diania (mente, cerebro) estaban en visiones, contemplaciones divinas. La tradición de Antioquia dice que el nus estaba simplemente iluminado (San Juan Crisóstomo).

Si el nus del Adán, antes de la caída estaba iluminado o en continua zéosis, Juan Damasceno, en esto no se posiciona en ninguna tesis. ¿Por qué? Porque aquello que le interesaba a este Padre de la Iglesia, era dar las dos explicaciones: cómo estaba el nus y cómo se obscureció. ¿Pero nosotros cómo sabemos que el nus del Adán se obscureció? Simplemente porque notamos, sentimos y conocemos en nosotros mismos, en las profundidades de nuestro ser, que tenemos el nus obscurecido y este nus obscurecido necesita terapia, sanación. Mientras que la terapia consiste en la catarsis, la iluminación y la zéosis, es decir, tiene tres fases. La zéosis es la completa terapia, sanación y curación.

¿Pero qué significa nus oscurecido? Significa que la noerá energía (espiritual intuitiva humana) del corazón (del nus) del hombre no energiza (opera, funciona) correctamente. La noerá energía empieza a energizar, operar correctamente, sólo cuando el hombre haya superado la catarsis (sanación, purgación) y llega a la iluminación. Después de la caída el nus está oscurecido. ¿Por qué? Porque está lleno de loyismí (pensamientos simples o compuestos con la fantasía, ideas, reflexiones) y se ha obscurecido por ellos. ¿Cuándo ocurre esto, cuándo se obscurece y se ofusca el nus por los loyismí? Esto pasa cuando los loyismí de la diania (que está en el cerebro, la mente intelecto) descienden al corazón y se convierten en loyismí del nus. Cuando se ha hecho la confusión de loyismós entre la lógica (de la diania, mente) y el nus; es decir, existen loyismí en el nus que no deberían estar allí, porque pertenecen a la lógica. El nus debe de estar totalmente vacío de loyismí, de manera que pueda venir el Espíritu Santo a habitar y permanecer en el interior del hombre.
CUÁL ES LA ESENCIA DE NUESTRA TRADICIÓN ORTODOXA

Ahora, el tema es cuál es la esencia de la tradición Ortodoxa. La tradición Ortodoxa ofrece el método de terapia “psicoterapia”, cómo sanar el nus, es decir, cómo “psicoterapiar” su ψυχή (psijí) psique, alma. Esta terapia tiene tres fases, tal y como dijimos: catarsis, iluminación y zéosis o glorificación. La zéosis, o sea, la contemplación y unión con Dios es la plena terapia o sanación. Este método e instrucción terapéutica que se ofrece por la Παράδοσις (Parádosis con mayúscula quiere decir “entrega o tradición divina” del verbo παραδίνω paradino entrego) de generación en generación, que sus portadores son hombres quienes han llegado a la iluminación y a la zéosis y se hicieron terapeutas, sanadores de otros. Es decir, no es una simple transferencia de conocimientos de libros, sino una transferencia y sucesión de experiencia, experiencia de iluminación y de zéosis.

Pero se observa en el Antiguo Testamento que el estado de iluminación y zéosis lo tenían solamente los Patriarcas y los Profetas de los Israelitas. Esto es un fenómeno histórico. Antes de los Profetas tenemos los Patriarcas. Antes de Moisés tenemos a Abraham. Pero leemos en el Antiguo Testamento que existe conciencia del estado de iluminación y zéosis. El mismo Abraham era visionario de Dios o de la divina luz increada, o sea, llegó a la zéosis, esto se ve claramente. Por otro lado, de la época antes de Abraham tenemos elementos de la Tradición Hebrea que existía la iluminación y la zéosis en los progenitores de Abraham, por ejemplo Noé. Es decir, ésta tradición de iluminación y zéosis se transmite, transfiere, no aparece así de la nada. No aparece así de repente en el siglo 11º o 12º antes de Cristo.

Existe el Nuevo Testamento y el Antiguo. En el Nuevo Testamento es más fácil la verificación, porque es delimitado el tiempo de su duración. Pero el Antiguo Testamento contiene 1500 años de historia. Entonces en este período tenemos una columna vertebral, que es la tradición de iluminación y zéosis que se transmitió de Profeta a Profeta, es a la vez también la esencia de la tradición Ortodoxa. La transmisión o transferencia de la experiencia de iluminación y zéosis es de generación a generación. Esta se extiende en el Antiguo Testamento, crónicamente desde Abraham hasta San Juan el Bautista. Esta es la tradición Profética, la tradición de los Patriarcas y los Profetas.

Pero antes de éste período tenemos el primer período que se extiende desde Adán, mediante Noé, hasta Abraham. Hoy se ha acreditado arqueológicamente dichos acontecimientos históricos del Antiguo Testamento, al menos hasta la época de Moisés. Pero también los arqueólogos han encontrado elementos que verifican las referencias en el Antiguo Testamento sobre la persona de Abraham.

Vemos, pues, que la esencia de la tradición Ortodoxa no es el libro de la Santa Escritura, sino la transferencia de esta misma experiencia, la de iluminación y zéosis sucesivamente desde Adán hasta nuestros días.
LA ORTODOXIA NO ES UNA RELIGIÓN

En muchos predomina la percepción que la Ortodoxia es una de las muchas religiones que existen, y que Su principal objetivo es la preparación de los miembros para la vida después de la muerte, o sea, asegurarse un lugar en el Paraíso para cada Cristiano Ortodoxo. Así se considera que el dogma Ortodoxo es una seguridad más porque es Ortodoxo, y cuando uno no cree en el dogma Ortodoxo, eso es un motivo más para que uno vaya al infierno, aparte de los pecados personales que eventualmente le mandarían allí.

Los Cristianos Ortodoxos que creen que esto es la Ortodoxia, la han comparado exclusivamente con la vida futura. ¡Estos no hacen muchas cosas en esta vida, sino que esperan a morir para ir al Paraíso, porque cuando vivían eran Ortodoxos Cristianos!

Otra corriente de Ortodoxos se mueven en el espacio de la Iglesia, no interesados por la otra vida, sino principalmente por la vida de aquí; es decir, cómo les ayudará la Ortodoxia a pasarlo bien aquí en esta vida. Este tipo de Ortodoxos Cristianos oran a Dios, solicitan a los curas que pidan por ellos, (oraciones, santificaciones, bendiciones etc.), para que el Dios les ayude a pasarlo bien en ésta vida, que no estén enfermos, que sus hijos se restablezcan bien, que tengan una buena dote, que sus chicos encuentren y se casen con una buena chica y sus hijas con un buen chico, que tengan un buen trabajo, que les vayan bien los negocios y ganen en la bolsa etc. El resultado es que vemos que estos cristianos no se diferencian mucho de los creyentes de las demás religiones, que aquellos hacen más o menos las mismas cosas. (El logos discurso del Padre Juan a veces es candente tal como dijimos).

Es decir, por lo explicado anteriormente, la Ortodoxia tiene éstas dos cosas comunes con las demás religiones. En primer lugar, preparar los creyentes de modo que después de la muerte vayan al Paraíso, como cada uno lo imagina; en segundo lugar, que sean preparados como cristianos, para asegurarse que en ésta vida no pasen aflicciones, tristezas, enfermedades, guerras, desastres etc., es decir, que el Dios arregle todo esto según las necesidades y deseos de ellos. Así para los segundos, la religión juega un papel muy importante en esta vida y sobre todo en la vida diaria.

¿En el fondo quién de los Cristianos, antes mencionados, se interesa si existe o no el Dios? ¿Quien le busca? Para ellos la cuestión no es si existe o no Dios, puesto que lo mejor sería que existiera, para así poder implorarle y pedirle que satisfaga nuestras necesidades, de manera que vayan bien nuestros trabajos y tengamos felicidad en esta vida.

Así vemos que el hombre tiene una fuerte tendencia en querer creer que existe Dios, porque es una necesidad para el hombre que exista, para asegurarles lo que antes hemos dicho. Entonces, ya que es una necesidad que exista Dios, ¡entonces Dios existe!

Si el hombre no tuviese la necesidad de un Dios y pudiera asegurarse independientemente las cosas cotidianas de la vida de una manera distinta, entonces no sabe uno cuántos hombres creerían en Dios; esto se ve bastante también aquí en Grecia.

Así vemos muchos hombres que mientras antes eran indiferentes por la religión, al final de sus vidas se convierten en religiosos, quizás después de un acontecimiento que les asustó y les dio miedo y temor. Porque ya no pueden vivir sin pretender que les ayude algún Dios, es decir, prevención por superstición. Para estas razones, la naturaleza del hombre le ayuda a hacerse religioso. Eso no es válido sólo para los cristianos ortodoxos, sino para todas las religiones. En todas partes la naturaleza del hombre es la misma. Así que el hombre después de su caída –obscurecido, obtuso por su naturaleza o más bien de una forma antinatural- está propenso hacia la superstición.

Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Dónde se detiene la superstición y dónde empieza la verdadera Fe? En éstos temas la posición de los Padres y sus enseñanzas son muy precisas. Si un hombre sigue o más bien cree que sigue la enseñanza de Cristo y simplemente cada domingo va a la Iglesia, toma la Comunión continuamente, usa los curas para que le hagan oraciones, misas, etc., sin que profundice en estos temas, permaneciendo en la letra o la palabra de la Ley y no en el Espíritu de la Ley, ¿éste particularmente se beneficia de la ortodoxia? Continuando, otra persona que reza exclusivamente para la futura vida, para sí mismo y para los demás y se desinteresa totalmente para ésta vida, ¿éste se beneficia especialmente de la ortodoxia? Una tendencia es representada por el cura de su parroquia, más aquellos que se reúnen alrededor de él con el espíritu anterior; y la otra tendencia es representada de un “Yérontas” (guía espiritual), con varios monjes en su alrededor en un monasterio, generalmente por un archimandrita que está jubilado y espera morir.

Mientras que éstas dos tendencias no están centradas en la catarsis y la iluminación, en el significado y sentido Patrístico, están equivocadas sobre aquello que persiguen. Cuando están centradas en la catarsis y la iluminación y aplican la instrucción ascética de la Patrística Ortodoxa, para la adquisición de la oración del corazón (noerá), sólo entonces las cosas se ponen en la base correcta. Estas dos tendencias son hipérboles (exageraciones) hacia los dos extremos, no tienen un eje común. El eje único y común que sostiene la Ortodoxia y la mantiene unida sobre todos los temas que le preocupan y que estará siempre en la base correcta, es cuando se tiene en cuenta y se ponen los temas sobre el único eje ortodoxo: catarsis-iluminación-zéosis.

Los Padres no se interesan exclusivamente qué le ocurrirá al hombre después de la muerte, sino principalmente les interesa que le pasará en ésta vida. Después de la muerte no hay terapia del nus, entonces debe en ésta vida empezar la terapia, psicterapia” o sanación, porque “en el Hades no hay Metania (conversión, introspección, arrepentimiento y confesión). Por eso, la teología Ortodoxa no es súper-cósmica o supra-mundana ni futuróloga, tampoco esjatológica, sino que es endocósmica. Porque el interés de la Ortodoxia es el hombre en éste mundo, en ésta vida, no después de la muerte.

Ahora bien, ¿la catarsis y la iluminación para qué se necesitan? ¿Para que el hombre vaya al Paraíso y evite el Infierno? ¿Para eso se necesitan? ¿En qué consiste la catarsis y la iluminación y por qué son perseguidas por los ortodoxos?

Para que uno encuentre la razón y tenga respuesta a ésta pregunta, debe tener la llave básica que es ésta: todos los hombres encima de la Tierra tienen el mismo final, en el sentido teológico-ortodoxo. Si uno es ortodoxo, budista, hinduista, agnóstico, ateo o cualquier otra cosa, es decir, cualquier hombre sobre la tierra está predestinado a ver la doxa (gloria, luz increada) de Dios. Verá la gloria de Dios durante el final común de toda la humanidad, en la Segunda Parusía (presencia) de Cristo. Todos los hombres verán la gloria increada de Dios y desde ésta perspectiva tendrán el mismo fin. Claro que todos verán la increada doxa (gloria), pero con una diferencia: Los salvados la verán como Luz dulcísima increada, sin poniente y los infernados verán la misma gloria pero como fuego consumador que les quemará. Esto, el que veremos todos la gloria de Dios es un acontecimiento esperado. El que uno vea a Dios, o sea Su Gloria, Su Luz increada, es algo que se realizará, lo queramos o no. La vivencia de ésta luz increada no será distinta de unos u otros.

Entonces la obra de la Iglesia y los curas no es que nos ayuden a ver ésta gloria increada, porque esto de cualquier modo se hará. La obra de la Iglesia está en el cómo anuncia a los hombres que existe el verdadero Dios, que el Dios se “apocalipta”, revela como Luz increada o como fuego consumador y que todos los hombres durante la segunda Parusía de Cristo veremos a Dios; además, que prepare a sus miembros de modo que no vean a Dios como fuego sino como Luz increada, (San Nikita Stizatos Filocalía). *(Claro que una experiencia parcial de expectación, visión a Dios tenemos todos los hombres inmediatamente de nuestra salida de la psique del cuerpo, es decir, la muerte biológica.)

Esta preparación de los miembros de la Iglesia, como también de todos los hombres, que quieren ver a Dios como Luz increada, es la esencia de la instrucción terapéutica, la que debe empezar y terminar desde ésta vida. Desde ésta vida se tiene que hacer la terapia y terminar. Porque después de la muerte no existe metania. Esta instrucción terapéutica es la esencia, el principal contenido y preocupación de la Tradición Ortodoxa y Su Iglesia; mas, se constituye de los tres siguientes estadios de ascensión: La catarsis de los pazos, lailuminación y la zéosis, por la Jaris (Gracia energía increada) del Espíritu Santo. Ocurre también esto: Si uno no llegó por lo menos en un estado de mínima o parcial iluminación, en esta vida, no podrá ver a Dios como Luz increada ni en esta vida tampoco en la otra.

Así pues, está claro que los Padres de la Iglesia se interesan del hombre tal y como está hoy, en este momento. Además, cada hombre necesita terapia “psicoterapia”, cada uno tiene la responsabilidad delante de Dios a empezar esta obra desde hoy, en esta vida; porque en esta vida puede, no después de la muerte. Y este mismo hombre es el que decidirá si seguirá éste camino de terapia o no.

Cristo dijo: “yoSoy el camino” (Jn. 14,16). ¿El camino hacia qué? No sólo para la otra vida. Cristo es el camino en ésta vida. Cristo es el camino hacia Su Padre y Nuestro Padre. Cristo se “apocalipta”, revela primero en ésta vida y nos indica el camino hacia el Padre. Este camino es el mismo Cristo. Si el hombre no puede ver en ésta vida a Cristo por lo menos en sentido espiritual, no verá al Padre, es decir, la Luz increada de Dios ni en la otra vida.

(Por Ierotheo Vlajos, “El prósopon persona, rostro de la Tradición Ortodoxa”: “Con la Segunda Parusía, Presencia de Cristo resucitarán todos los hombres y serán juzgados por sus obras. Los pecadores que no consiguieron el ojo espiritual no desaparecerán, quedarán como personas ontológicas, pero no tendrán la participación de Dios. Los justos participarán y tendrán comunión con Dios. Tal y como dice San Máximo el Confesor: los pecadores vivirán el continuo malestar, en cambio los justos el continuo bienestar”.

QUIENES SON LOS TEÓLOGOS DE LA IGLESIA

Ahora bien, ¿quiénes son los teólogos de la Iglesia? Son sólo aquellos que llegaron a la zeoría (expectación, contemplación). La zeoría se constituye de la iluminación y la zéosis. La iluminación es un estado incesante, que existe en energía (está operativa, energizada) día y noche, aún cuando se está durmiendo, “yo camino y mi corazón vela… Cantar de los Cantares, 5,2”. En cambio la zéosis es un estado durante el cual uno ve la doxa (gloria, luz increada) de Dios y dura lo que Dios quiere.

Un iluminado puede que no llegue nunca en la zéosis. El Dios que la regala, juzga si es necesario conducir un iluminado a la zéosis. El que uno no sea conducido a la zéosis, puede signifiqcar que es mejor para su psique, porque en caso contrario la podría perjudicar, por ejemplo, conducirle al orgullo y soberbia espiritual. Es decir, el Dios conduce uno a la zéosis, cuando no peligra espiritualmente y cuando es imprescindible, para apoyarle, fortalecerle o para prepararle para alguna misión.

Así la experiencia de la zéosis no es automática. Es decir, no puede un iluminado adquirirla, porque él mismo quiera conseguirla. Un iluminado más bien evita pedirla a Dios. Pero cuando la necesita, el Dios condesciende y la da, le indica Su Gloria, Su Luz increada. Por ejemplo, un asceta que vive en el desierto, en aislamiento de los hombres con muchas privaciones y esto lo hace por el amor a Dios, entonces mientras se ha catartizado (sanado), viene el Espíritu Santo le consuela y le regala experiencias de la zéosis.

Un asceta verdadero nunca está sólo, por lo menos tiene dentro de su corazón el Espíritu Santo que ora incesantemente en su interior y le hace compañía en su aparente soledad. Este es el estado o condición de iluminación. Pero cuando el mismo Espíritu Santo cree que debe deificarle, entonces le regala en espacios de tiempo también la experiencia de la zéosis, cuando hace falta y es necesario mientras sea para su propio bien; por ejemplo, para fortalecerle después de un ataque demoníaco. Esto se ve claramente en las vidas de los Santos. En ellos, los dos estadios de zeorías (contemplaciones) que son la iluminación y la zéosis, la gnosis increada (conocimiento) de Dios es claramente empírica (por experiencia). No es gnosis metafísica, o sea, resultado de meditación filosófica.
SOBRE LA ORACIÓN DEL CORAZÓN, NOERÁ

El tema de la oración noerá o del corazón es muy interesante. La oración del corazón no hay ninguna duda que es un estado claramente empírico. Ni un psiquiatra puede negar que la oración noerá es una experiencia pura y clara. Nuestra diferencia con los psiquiatras no sería el acontecimiento por sí mismo, sino la causa que produce la oración del corazón o noerá. Es decir, si el tema como fenómeno digno de observación y estudio en cuestión se expone por científicos “positivistas” tales como psicólogos, psiquiatras, patólogos, biólogos, etc., estos aplican el método científico del estudio y plantean hipótesis y conjeturas.

Es cierto que la Iglesia tiene depositada su propia experiencia del fenómeno. El que tiene la oración del corazón o noerá en su interior, “escucha“ el mismo la oración que se dice dentro de su corazón. Además, existe la tradición de centenares de años sobre ésta situación de estado espiritual. Por parte de los santos se ha dado una concreta interpretación de esta tradición de la oración de corazón y en base a ésta, la Iglesia conoce que la oración del corazón es una experiencia espiritual y el resultado de la Jaris (Gracia, increada energía) del Espíritu Santo energizada, activada en el corazón del hombre. Esta es una tradición de largos siglos y nadie puede negar su existencia, porque existen muchos escritos de los Padres sobre éste tema, incluso la Santa Escritura también se refiere sobre ella. Además, existen hoy muchos hombres, que viven entre nosotros, que conocen por su propia experiencia personal la noerá oración, porque viven teniéndola energizada, operativa en sus interiores.

Entonces, mientras éstos científicos admitan ésta realidad, después deberán de formar sus propias suposiciones para explicar este fenómeno de la oración del corazón. Cierto es que habrán algunos que dirán que es un descubrimiento de los curas, ¡particularmente también aquí en Grecia! Dirán que estas cosas las dicen los curas y son producto de sus fantasías. Ojalá que los curas se ocuparan de éstas cosas aquí en Grecia y (en Cataluña y España también).

Por otro lado, otros de estos científicos quizás dirán que esto es producto de una especie de hipnotismo. ¡Tenía una discusión en relación, con médicos y sobre todo con catedráticos de la universidad, los cuales decían que esto era una especie de hipnotismo! Aunque esto fuera así para ellos: un psiquiatra está obligado a ocuparse sistemáticamente con este tema.

El hipnotismo realmente es una experiencia. Pero el psiquiatra deberá poder comprobar si la oración del corazón es una especie de hipnotismo o no. El hipnotismo puede conducir y producir alucinaciones, que significa desorden sobre la correcta composición de impresiones empíricas que tiene el hombre dentro de su memoria. Pero todos los elementos que componen una alucinación están tomados de los sentidos. Porque el hombre que ha llegado a la alucinación, no llega porque ha perdido el contacto con las cosas sensibles, sino porque su memoria se ha descarrilado y la composición de impresiones que se hacen dentro de su cerebro no es otra cosa que un desorden de la clasificación de estas. Así tenemos los desequilibrados, como aquellos que sueñan despiertos. Es decir, los elementos que componen una alucinación existen. Aquel que está en alucinación, puede que vea algo, que no existe en aquel momento y no esté delante de él pero que en realidad existe. Esto ocurre con los alucinógenos como por ejemplo el LSD. Claro está que alucinaciones puede tener cualquiera también con la hipnosis; cuando se introduce por el hipnotista la energía demoníaca, entonces es cuando un hipnotizado viene en contacto con espíritus malos astutos y malignos.

Lo que respecta al hipnotismo, aquel que se hipnotiza es introducido en un estado de coma; es decir, como si se encontrara en coma y mientras se encuentra en este estado se recuerda de cosas del pasado y contesta a las preguntas de aquel que le ha hipnotizado. Entonces, como está hipnotizado, no tiene contacto con la realidad.

En lo que respecta a la oración noerá o del corazón, no tenemos que hacer con algo existente que ya se puso en la memoria y se re-llama por la memoria y así el hombre sueña. No ocurre lo mismo como en una alucinación, donde uno ve algo, pero en ese momento no existe realmente alrededor suyo nada que sea visto y percibido por sus sentidos. En el caso de la oración noerá o del corazón lo que sucede y siente el corazón del hombre toma parte en el mismo momento y lo siente. No es algo del pasado, es una experiencia del presente. También para que uno esté vigilante sobre su espíritu (nus), cosa que ocurre durante la oración del corazón, y a la vez vivir algo muy claro y puro en su interior, un otro que ora por él “con inefables divinos gemidos” (Rom 8,26), entonces uno no está hipnotizado ni alucinado, esto no ocurre con el hipnotismo. Durante la oración del corazón el hombre tiene plena conciencia que algo familiar a su naturaleza se activa y opera en su interior, pero esto no toma parte en su interior por el mismo y no sólo lo vive claramente sino que a la vez lo observa y puede voluntariamente co-participar.

El peso de la verdad de ésta experiencia no pertenece a los Ortodoxos, los cuales la contienen, sino a los científicos que la dudan o la quieren investigar. Por otro lado, si los científicos dan su propia interpretación de este fenómeno de la oración del corazón, ellos mismos tendrán que explicar su propia interpretación es la correcta. Porque los ortodoxos sobre la oración noerá o del corazón tienen tradición de siglos, de la que la verdad es indiscutible. Y es indiscutible esta interpretación porque no es experiencia pasada, la que no se puede verificar o repetir, sino que es una interpretación viva, verdadera y actual, experiencia y realidad del día de hoy que constantemente se repite, continúa y se transmite de generación en generación dentro de la Iglesia Ortodoxa.

La Iglesia en su lenguaje que es el lenguaje eclesiástico, dice por boca del Apóstolos Pablo: “No hablamos con la sabiduría humana, sino con la fuerza y energía increada del Espíritu”. ¿Qué quiere decir con esto? ¿Por qué el Apóstol confronta la fuerza del Espíritu Santo con la sofía-sabiduría de este mundo? Porque el que se ha convertido en templo del Espíritu Santo y ha morado en su corazón, este hombre siente vivamente dentro de su corazón la fuerza, es decir, la energía increada del Espíritu Santo; y así no se convence por palabras ni de argumentos filosóficos o teológicos de otros de que se ha hecho templo del Espíritu Santo, sino que tiene conocimiento por su inmediata experiencia personal; porque siente y escucha en su interior el Espíritu Santo que hace de sacerdote y psalmista o cantor en su corazón. Es decir, aquella cosa que da a éste hombre la absoluta certeza que su cuerpo se ha convertido en templo de Dios, es una co-testificación del Espíritu Santo al espíritu (nus) del hombre, puesto que el Espíritu Santo ha venido y ha habitado en su corazón. Este estado lo describe el Apóstol Pablo cuando dice que: “El Espíritu de Dios clama dentro en nuestros corazones ¡Abba! el Padre” (Gal. 4,6). O sea, en nuestro interior grita el Espíritu Santo dirigiéndose al Padre diciendo: “¡Padre mío!”.

Esto pues, que describe el Apóstolos Pablo, ¿es una realidad o una fantasía? ¡Volaba en los cielos el Apóstolos Pablo cuando decía esto! Si os fijáis bien lo que dice en su epístola a los Romanos capítulo 8º, veréis que habla sobre la oración real en el corazón del hombre. Pero no es sólo el Apóstol que habla así. También David y el Antiguo Testamento hablan así. Por eso vemos aquí cuál es la razón por la que los antiguos Cristianos se preparaban para la oración del corazón; primero memorizaban todo el libro de los Psalmos. Por eso para ellos el libro de los Psalmos tenía esta gran importancia, porque les ayudaba a trabajar la oración del corazón o noerá.

Hoy no sé cuantos Cristianos han leído todo el Psaltiri (el libro de los Salmos). En los antiguos años lo leían entero encima del muerto, antes del entierro, quizás entonces sería la única vez que leían el Psaltiri entero. Lo leía el cura y si había algún salmista también le ponía para que lo leyera. En los antiguos años, para que uno fuera obispo tenía que saber el Psaltiri. ¿Por qué el Psaltiri tenía tan grande interés en la Iglesia? Porque contiene oraciones relacionadas con la oración del corazón. Porque la oración del corazón en la tradición Profética y en la tradición Hebrea también se hacía con el Psaltiri. Por esta razón el Apóstol Pablo dice: “oraré y psalmodearé con el espíritu (el nus) y también con la diania (mente, intelecto o la lógica” (1ªCor. 14,15). Entonces la oración noerá o del corazón no se hace sólo con palabras sino también psalmodeando, es decir, con salmos. Por eso tenemos indicios de la Tradición que la oración noerá se hacía con los Salmos. Uno de estos ejemplos es San Juan el Kasiano, quien enseñaba la oración noerá con los Salmos. Hay muchos testimonios sobre este tema.

Por lo tanto, ¿hace falta alguna demostración filosófica para estos temas? No, puesto que aquellos que creen y han alcanzado en este estado de oración noerá o del corazón tienen en su interior esta experiencia. Además, dado que existe esta experiencia, ¿para qué se necesita la metafísica? ¿Para qué se necesita y en qué ayuda la filosofía. ¿Fue ayudado alguien esencialmente en su vida por alguna filosofía para adquirir este estado de la noerá oración, que energiza y opera incesantemente en el corazón, de modo que uno se convierta en templo del Espíritu Santo?

Cuando alguien no tiene esta experiencia y quiere adquirirla, entonces va y se enseña de los que tienen esta experiencia. Habitualmente, esta experiencia de la oración del corazón o noerá -aunque existen excepciones- es condición imprescindible para que uno llegue a la zéosis o glorificación, durante la cual adquiere experiencia de la gloria increada de Dios. Esta experiencia de la zéosis es exclusivamente regalo de Dios, que Él lo regala a los que quiera, cuando quiera y al tiempo que quiera y no depende del intento del hombre. Pero el requisito previo bajo condiciones normales es tener uno la oración noerá o del corazón.

Por Yanis Romanidis, Catedrático de Universidad y sacerdote Elenortodoxo


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