Saturday, October 22, 2016

San Juan Damasceno - Sobre el Islam.

La fuente del Conocimiento,

Libro II (“Sobre las Herejías”)

San Juan Damasceno.

101. Existe también la superstición de los ismaelitas que permanece hasta nuestros días y encierra a la gente en el error, y que es precursora del Anticristo. Ellos descienden de Ismael, nacido de Agar a Abraham, y por esta razón son llamados tanto agarenos como ismaelitas. También son llamados sarracenos, lo cual deriva de Sarra Kenoi o destituidos de Sara, a causa de lo que Agar le dijo al ángel: “Sara me ha destituido.”1 Éstos solían ser idólatras y adoraban al lucero del alba y a Afrodita, a quien en su propia lengua llamaban Khabir (¿Khabar?), lo que significa grande.”2 Y así que hasta el tiempo de Heraclio fueron enormes idólatras. Desde aquel tiempo hasta la actualidad un falso profeta llamado Mahoma se ha aparecido en medio de ellos. Este hombre, después de haberse topado con el Antiguo y Nuevo Testamento y, asimismo, según parece, después de haber conversado con un Monje arriano3, ideó su propia herejía. Entonces, habiéndose ganado la simpatía de la gente por una muestra de aparente piedad, anunció que cierto libro le había sido bajado del cielo. Había dejado por escrito algunas composiciones ridículas en este libro suyo y se lo dio a la gente como objeto de veneración.

 

Dijo que hay un solo Dios, Creador de todo, que no ha sido engendrado ni ha engendrado4. Dijo que Cristo es el Verbo de Dios y su Espíritu, pero una creatura y siervo, y que ha sido engendrado, sin simiente, de María, hermana de Moisés y Aarón5. “Pues –dijo– el Verbo y Dios y el Espíritu entraron en María y ella dio a luz a Jesús, que fue profeta y siervo de Dios. Y dijo que los judíos querían crucificarlo en violación de la Ley, y que se apoderaron de su sombra y a ésta crucificaron. Pero Cristo mismo –dijo– no fue crucificado ni murió, porque Dios por su amor a Él lo tomó consigo al cielo 6. Y dijo esto, que cuando Cristo hubo ascendido al cielo, Dios le preguntó: “Oh Jesús, tú dijiste: ¿‘Yo soy el Hijo de Dios y Dios’?” Y Jesús dijo, respondiéndole: “Sé misericordioso conmigo, Señor. Tú sabes que no dije eso y que no menosprecio ser tu siervo. Pero los hombres pecadores han escrito que yo realicé esta declaración, y han mentido sobre mí y han caído en el error. Y Dios le respondió y le dijo: “Yo sé que no dijiste esta palabra.”7 Hay muchas otras cuestiones extraordinarias y bastante ridículas en su libro de las que se jacta de que Dios fue quien se las mandó. Pero cuando preguntamos: ‘¿Y quién hay para testificar que Dios le dio el libro? ¿Y cuál de los profetas predijo que tal profeta se levantaría?’, están perdidos, se quedan sin palabras. Y remarcamos que Moisés recibió la Ley en el Monte Sinaí, con Dios apareciéndose a la vista de toda la gente en la nube, el fuego, la oscuridad y la tormenta. Y decimos que todos los profetas desde Moisés en adelante predijeron la venida de Cristo y cómo Cristo Dios (e Hijo de Dios encarnado) había de venir y ser crucificado, muerto y resucitado, y cómo había de ser el juez de los vivos y los muertos. Entonces, cuando decimos: ‘¿Cómo es que este profeta de vosotros no vino de la misma manera, con los demás anteriores dando testimonio de él? ¿Y cómo es que Dios no presentó en vuestra presencia a este hombre con el libro al cual se refieren, siquiera como Él entregó la Ley a Moisés, con la gente mirando y la montaña que humeaba, para que vosotros también tuvierais certeza?’ –Ellos responden que Dios hace lo que le place. ‘Esto’, nosotros decimos, ‘lo sabemos, pero estamos preguntando cómo llegó el libro a vuestro profeta.’ Entonces contestan que le llegó cuando estaba dormido. Entonces en tono de broma les decimos que como recibió el libro mientras dormía y no percibió realmente la maniobra, entonces el adagio popular se aplica a él (el cual postula: Me estás contando los sueños)8.

Cuando preguntamos nuevamente: “Cómo es que cuando nos ordena en este libro de vosotros no hacer nada o no recibir nada sin testigos, no le preguntáis: ‘Primero muéstranos tú por testigos que eres un profeta y que has venido de Dios, y muéstranos sólo lo haya en las Escrituras que testifique sobre ti”- se avergüenzan y se quedan callados. [Entonces continuamos:] ‘Aunque no podáis casaros con esposa sin testigos, o comprar o adquirir propiedades; aunque tampoco podáis recibir un burro ni poseer una bestia de carga sin testificar, y aunque poseáis tanto esposas como propiedad, asnos y así sucesivamente a través de testigos, sin embargo es sólo vuestra fe y vuestras escrituras lo que tenéis no corroborado por testigos. Pues el que entregó esto a vosotros no tiene garantía de ninguna fuente, ni hay alguien conocido que testifique sobre él antes que viniera. Por el contario, lo recibió mientras dormía’.

 

Por otra parte nos llaman heteristas o asociadores, porque dicen que le introducimos un socio a Dios por declarar a Cristo el Hijo de Dios y Dios. Nosotros les decimos en respuesta: ‘Los profetas y las Escrituras nos han entregado esto, y vosotros, como persistentemente sostenéis, aceptáis a los profetas. Por tanto, si erróneamente declaramos que Cristo es el Hijo de Dios, es porque ellos fueron los que nos lo enseñaron y nos lo entregaron’. Pero algunos de ellos dicen que es por mal interpretación que hemos representado a los profetas diciendo tales cosas, mientras que otros dicen que los hebreos nos odiaban y nos engañaban escribiendo en nombre de los profetas para que nos perdiéramos. Y otra vez les decimos: ‘Mientras que vosotros decís que Cristo es el Verbo de Dios y su Espíritu, por qué nos acusáis de ser heteristas? Pues la palabra y el espíritu son inseparables de aquel en el que naturalmente existen. Por consiguiente, si el Verbo de Dios es en Dios, entonces es obvio que Él es Dios. Si, empero, está fuera de Dios, entonces, según vosotros, Dios es sin palabra y sin espíritu. En consecuencia, por evitar la introducción de un socio a Dios, vosotros lo habéis mutilado. Sería mucho mejor para vosotros decir que Él tiene un socio en vez de mutilarlo, como si estuvierais tratando con una piedra, un pedazo de madera o algún otro objeto inanimado. Por ende, vosotros habláis faltando a la verdad cuando nos llamáis heteristas; nosotros retrucaremos llamándoos mutiladores de Dios’.

 

Además nos acusan de ser idólatras porque veneramos la Cruz, que ellos abominan. Y nosotros les respondemos: ‘¿Cómo es, entonces, que os frotáis contra una piedra en vuestra Ka’ba9, la besáis y abrazáis?’ Entonces, algunos de ellos dicen que Abraham tuvo relaciones con Agar sobre ella, pero otros dicen que amarró el camello a ella, cuando estaba yendo a sacrificar a Isaac. Y nosotros les respondemos: ‘Puesto que la Escritura dice que la montaña era arbolada y tenía árboles de los que Abraham cortó madera para el holocausto y que la puso encima de Isaac10, y entonces dejó los asnos detrás con los dos hombres jóvenes, ¿por qué habláis sin sentido? Pues aquel lugar tampoco está lleno de árboles ni hay paso para asnos’. Y se avergüenzan; pero aún así afirman que la piedra es de Abraham. Entonces decimos: ‘Dejemos que sea de Abraham, como vosotros tontamente decís. Entonces, sólo porque Abraham tuvo relaciones con una mujer sobre ella o amarró su camello a ella, vosotros no os avergonzáis de besarla, mas nos culpáis por venerar la Cruz de Cristo por la cual el poder de los demonios y el engaño del diablo fueron destruidos’. Esta piedra de la que ellos hablan es una cabeza de aquella Afrodita a la que solían adorar y que llamaban Khabar. Hasta la actualidad, los rastros de la escultura son visibles en ella para los observadores cuidadosos.

 

Como se ha relatado, este Mahoma escribió muchos libros ridículos, a cada uno de los cuales les puso título. Por ejemplo, hay un libro Sobre la mujer11, en el que explícitamente hace legal la provisión de tomar cuatro esposas, y, si fuera posible, un millar de concubinas –tantas como uno pueda mantener, además de las cuatro esposas–. También hizo legal repudiar a cualquier esposa que se deseara [repudiarla], y en tal caso debería desearse tomar para sí otra del mismo modo. Mahoma tenía un amigo llamado Zeid. Este hombre tenía una hermosa esposa de la que Mahoma se enamoró. Una vez, cuando se sentaron juntos, Mahoma dijo: ‘Oh, por cierto, Dios me ha ordenado tomar a tu esposa’. El otro respondió: ‘Tú eres un apóstol. Haz como Dios te ha dicho y toma a mi esposa’. Antes –para contar la historia desde el principio– le dijo: ‘Dios me ha dado la orden de que repudies a tu esposa’. Y él la repudió. Entonces, muchos días después: ‘Ahora’, dijo, ‘Dios me ha ordenado tomarla.’ Entonces, después de haberla tomado y cometer adulterio con ella, hizo esta ley: ‘Déjalo que repudie a su esposa. Y, si después de haberla repudiado, él desea retornar con ella, deja que otro se case con ella. Pues no es lícito tomarla a menos haya sido casada con otro. Además, si un hermano repudia a su esposa, deja que su hermano se case con ella si así lo desea.’12

 

En el mismo libro (Sobre la Mujer) da preceptos tales como éste: ‘Trabaja (¿labra/ara?) la tierra que Dios te ha dado y embellécela. Y hazlo, y hazlo de tal manera13. No repetir todas las cosas obscenas que hizo.

A continuación está el libro de El camello de Dios14. Sobre este camello hembra dice que había un camello de Dios que se bebió el río entero y no podía pasar entre dos montañas, porque no había espacio suficiente. Dice que había gente en aquel lugar que solía beber el agua un día, mientras el camello bebía al [día] siguiente. Además, por beber el agua, los proveía de alimento, ya que les suministraba leche en vez de agua. Entonces, a causa de que estos hombres eran malos, se rebelaron y mataron al camello. Sin embargo, éste tenía una cría, un camello pequeño, que –prosigue Mahoma– cuando se deshicieron de la madre, invocó a Dios y Dios lo tomó consigo. Entonces nosotros les decimos: ‘¿De dónde vino ese camello?’ Y ellos dicen que de Dios. Entonces decimos: ‘¿Hubo otro camello vinculado a éste?’ Y ellos dicen: ‘No.’ ‘Entonces’ –decimos nosotros–, ‘¿cómo fue engendrado? Porque vemos que este camello vuestro no tiene padre, ni madre, ni genealogía, y que aquel que lo engendró padeció el mal. Tampoco es evidente quién lo creó. Y también, este camello pequeño fue llevado arriba. Así que, ¿por qué vuestro profeta, a quien, según lo que vosotros decís, Dios le habló, no averiguó sobre dónde había pastado el camello y quién recibió leche por ordeñarlo? ¿O, posiblemente, al igual que su madre, se encontró con la gente malvada y fue aniquilado? ¿O entró en el paraíso antes que vosotros, para que pudierais tener el río de leche del que muy tontamente hablan? Porque decís que tenéis tres ríos fluyendo en el paraíso, uno de agua, uno de vino y uno de leche. Si vuestro predecesor el camello está fuera del paraíso, es obvio que se ha secado por el hambre y la sed, o que otros tienen el beneficio de su leche, y así que vuestro profeta se jacta vanamente de haber conversado con Dios, porque Dios no le reveló el misterio del camello. Pero si está en el paraíso, bebe agua todavía, y vosotros por falta de agua os secaréis en medio del paraíso del deleite (placer). Si no habiendo agua a causa de que el camello se haya bebido toda, tenéis sed del vino del río de vino que fluye, os intoxicaréis por beber vino puro, colapsaréis bajo la influencia de la fuerte bebida y os quedaréis dormidos. Entonces, padeciendo un pesado dolor de cabeza después de dormir y estando descompuestos por el vino, extrañaréis los placeres del paraíso. ¿Cómo, entonces, no entró en la mente de vuestro profeta que esto podría ocurriros a vosotros en el paraíso del deleite (placer)? Nunca tuvo la menor idea de a lo que ahora conduce el camello, y ni siquiera se lo preguntasteis, cuando no os paraba de hablar de sus sueños sobre el asunto de los tres ríos. Lisa y llanamente os aseguramos que el maravilloso camello de vosotros os ha precedido en las almas de los asnos, a donde también vosotros, tal como las bestias, estáis destinados a ir. Y allí están las tinieblas exteriores y el castigo eterno, el fuego ardiente, los gusanos que no duermen y los demonios infernales’.

 

Por otra parte, en el libro de La mesa, Mahoma dice que Cristo le preguntó a Dios por una mesa y que ésta le fue dada a Él. Pues Dios –dice Mahoma– le dijo: ‘Te la he dado y la tuya es una mesa incorruptible’15

 

Y en otra ocasión, en el libro de La vaquillona16, dice otras cosas estúpidas y ridículas, las que, por causa de su gran número, pienso que no deben ser tomadas en cuenta. Hizo una ley para que sean circuncidados (también las mujeres) y les ordenó no guardar el Sabbath ni bautizarse. Y, mientras que les ordenó comer algunos alimentos prohibidos por la Ley, les ordenó abstenerse de otros. Además, prohibió el consumo del vino.

Notas:

1. Cf. Gen. 16.8. Sozomen también dice que descendían de Agar, pero autodenominándose descendientes de Sara para ocultar su origen servil (Historia Eclesiástica 6, 38. Pág. 67.1412AB).

 

2. Kabirun en árabe significa ‘grande,’ ya sea en tamaño como en dignidad. Herodoto menciona el culto arábigo a la “Afrodita celestial”, pero dice que los árabes la llamaban Alilat (Heredoto 1,131).

 

3. Éste puede ser el Monje nestoriano Bahira (Jorge o Sergio) que conoció al muchacho Mahoma en Bostra de Siria y afirmó reconocer en él la señal de un profeta.

4. Corán, Sura 112.

5. Sura 19, 4-169.

6. Sura 4, 156.

7. Sura 5.116ff.

8. Los manuscritos no contienen el adagio, pero Lequien sugiere éste de Platón.

9. La Ka’ba, llamada ‘la casa de Dios’, se supone construida por Abraham con la ayuda de Ismael. Ésta ocupa lo que los musulmanes consideran el sitio más sagrado de la mezquita de La Meca y de todo el mundo. Incorporada a su muralla está la piedra aquí referida, la famosa Piedra Negra, que obviamente es una reliquia de la idolatría de los árabes preislámicos.

10. Gen. 22.6.

11. Corán, Sura 4.

12. Cf. Sura 2, 225ff.

13 Sura 2, 223.

14 No hallado en el Corán.

15 Sura 5, 114-115.

16 Sura 2.

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